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Bahía de Banderas inicia el camino para convertirse en el mediano plazo en un destino turístico cardioprotegido, realizando la construcción de un protocolo de acciones para dotar de equipo y capacitar al personal dentro de instalaciones con acceso al público, edificios gubernamentales e instalaciones deportivas, esto por parte de médicos urgenciólogos debidamente certificados.
El Coordinador de Salud Municipal, doctor Ricardo Sansores, atendiendo las instrucciones del presidente municipal, inició en equipo con especialistas certificados en el tema, los cimientos del proceso que podrá llevar a Bahía de Banderas a ser un Destino Turístico Cardioprotegido, y uno de éstos primeros pasos fue hacer interacción con personalidades de la talla de Andrew Barrows, miembro del Vallarta Yatch Club en la marina de Paradise Village durante una regata internacional para adolescentes realizada ayer jueves.
En éste evento, todo el equipo de entrenadores, staff de seguridad en mar y en tierra del “Optimist North America Championship” con cientos de participantes, así como personal de apoyo, fueron entrenados en RCP básico, siendo capacitados por el médico urgenciólogo Fernando Márquez, aplicando sus conocimientos con la experiencia de los organizadores de éstos eventos de talla internacional para equipar el evento con 4 desfibriladores, uno en muelle con los paramédicos, uno a bordo de la embarcación de seguridad y dos equipos fijos en las instalaciones del Yatch Club que ya quedan como infraestructura, además de una ambulancia equipada en urgencias: “La presencia de desfibriladores en espacios públicos y su combinación con personal formado en RCP permiten que, ante casos de crisis y paro cardíaco, se pueda reaccionar rápidamente y con éxito para revertir sus efectos y devolver la vida al afectado en lo que llega el apoyo de ambulancia y traslado al hospital, ganando tiempo vital para salvar una vida”, explica el doctor Sansores.
Dentro del plan municipal de desarrollo se estableció el compromiso. El primer paso es crear un diagnóstico del Bahía en cuanto a incidencia, prevalencia, morbilidad y mortalidad, el cual ya se realizó y se está trabajando en el protocolo específico y especializado para el municipio. El tercer paso es la capacitación de aproximadamente 60 elementos de la Unidad Municipal de Protección Civil, así como 140 elementos de Seguridad Pública y Policía Vial, así como la compra de equipos desfibriladores automáticos (DEA) los cuales estarán en las unidades de Protección Civil y Seguridad Pública que estén patrullando el municipio y colocados además en los edificios del gobierno que se certificarán, como la Presidencia y la Unidad Deportiva, para enseguida pasar a instalaciones comerciales y hoteleras.
“La incorporación de desfibriladores vehículos de Seguridad Pública, supone también que si la parada cardíaca se produce en algún pueblo cercano o incluso en un área no urbanizada sea posible una rápida actuación, lo cual sería mucho más complicado en caso de que no existiera esta facilidad”, explica Sansores.