Revelador hallazgo: las plantas sí sienten y lloran, incluso los animales pueden escucharlas
Redacción
Los ruidos son muy similares como cuando las palomitas de maíz truenan en el aceite es decir, emiten clics muy cortos
heraldodemexico.com.mx
De acuerdo con un estudio publicado por Cell, las plantas no sufren en silencio, pues cuando tienen sed o están estresadas, las plantas emiten “sonidos en el aire”.Esto lo hacen cuando necesitan agua o les cortan los tallos
Según lo emitido en el estudio, las plantas estresadas pueden producir hasta aproximadamente 35 sonidos por hora. En cambio las plantas que se encuentran bien hidratadas y sin cortar, son mucho más silenciosas y solo emiten un sonido por hora.
Lilach Hadany de la Universidad de Tel-Aviv en Israel, señala que la razón por la que probablemente los humanos nunca las escuchemos hacer ruido a una planta se debe a que los sonidos emitidos son ultrasónicos de alrededor de 20 a 100 kilohercios. Eso significa que son tan agudos que muy pocos podrían escucharlos.
En cambio, algunos animales, probablemente puedan hacerlo, como los murciélagos, los ratones y las polillas, pues gracias a su buen oído podrían escuchar los sonidos de las plantas, aunque no pueden interpretarlos.
Para escuchar a escondidas a las plantas, Hadany y sus colegas han utilizado pequeñas cajas equipadas con micrófonos, los cuales son especiales para captar cualquier ruido hecho por las plantas.
Los ruidos son muy similares como cuando las palomitas de maíz truenan en el aceite es decir, emiten clics muy cortos.
El azúcar para atrapar a las cucarachas cambia los hábitos de los machos
El azúcar envenenado que los humanos utilizan para eliminar las cucarachas ha provocado un cambio de hábitos nupciales de ciertos machos, que tienen que atraer de manera diferente a las hembras para aparearse.
Hace ya treinta años que los investigadores descubrieron que las trampas anticucarachas a base de glucosa, en forma de azúcar, ya no funcionaban como antes.
La cucaracha alemana (Blattella germanica), pequeña y muy resistente, es la más común en todas las cocinas y baños del mundo entero.
Ese tipo de cucaracha es la que empezó a evitar esas trampas, pero con esa estrategia, ponía en riesgo su propia reproducción, hasta que aprendió a modificar su propio metabolismo, explica el estudio de la revista Proceedings B de la Royal Society británica.
Para aparearse, la cucaracha macho despliega sus alas y segrega al mismo tiempo un jugo nupcial a base de maltosa, una especie de azúcar.
La cucaracha hembra se sube a su caparazón para degustar ese néctar, momento que aprovecha el macho para conectar su aparato genital al de su pareja.
Como las hembras también han generado una aversión al azúcar, el macho ha ideado dos estrategias para evitar ese problema, explica el estudio publicado por Ayako Katsumata, investigadora del laboratorio de entomología urbana de la Universidad estadounidense de Raleigh.
Por un lado ha modificado su secreción nupcial, que contiene cinco veces menos glucosa, y dos veces y medio más maltotriosa.
Esa nueva mezcla atrae de forma suficiente a las hembras para iniciar el apareamiento.
En segundo lugar, la cucaracha macho ha acelerado su copulación, que ahora dura como promedio 2,2 segundos, casi dos veces más rápido que anteriormente.
Con esa argucia la hembra es fertilizada antes incluso que pueda transformar en glucosa parte del jugo nupcial que está chupando, y por lo tanto, que pueda sentir repulsión por el macho.
Esta evolución del comportamiento no ha sido adoptado por todas las cucarachas macho. Las que siguen segregando azúcar tienen dificultades para aparearse.
Ahora el reto para los fabricantes de productos insecticidas es hallar la manera de combatir a las cucarachas que han generado la aversión a la glucosa.