Se caen de feas, pero no de un sismo, las casas construidas después de 1985

*Las viviendas del programa Renovación Habitacional Popular construidas después del terremoto de septiembre de 1985 en el Centro Histórico se…

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Las viviendas del programa Renovación Habitacional Popular construidas después del terremoto de septiembre de 1985 en el Centro Histórico se caen de feas, pero no de un sismo, soltó con desparpajo José Luis Durán, de 72 años de edad, quien hace 32 años resultó damnificado y pasó de vivir en un departamento de tres recámaras a uno de 40 metros cuadrados en la calle Lecumberri.

En un recorrido por varios puntos, donde las viejas vecindades afectadas se transformaron en palomares, sus moradores señalaron que se trató de un modelo emergente de vivienda, en el que la seguridad estructural no es problema, pero al que le aquejan otros males, como el hacinamiento de familias, escaso mantenimiento y la transformación de algunos espacios en bodegas o accesorias.

En Lecumberri 17, donde se levantaron 15 departamentos en tres niveles, se entretejen dichos problemas. El área común se canceló porque se había convertido en basurero con ratas y alacranes, y se impermeabiliza o se pinta sólo con el apoyo de la delegación.

De las familias que llegaron originalmente sólo quedan ocho, pues los departamentos que dan a la calle se convirtieron en tiendas de ropa.

En Joaquín Herrera 17, en lo que fue el cine Acapulco se construyó un conjunto de 92 viviendas. Ahí llegó José Zepeda con su familia, como otras tantas. Él tenía 10 años cuando ocurrió el sismo del 85, que dejó inhabitable el inmueble donde vivía, en la esquina de Alhóndiga y Corregidora.

Uno de los edificios del conjunto habitacional de Leona Vicario 68, construido después del terremoto de 1985Foto Marco Peláez

Vivimos tres años en el edificio apuntalado con polines hasta 1989, cuando nos mandaron para acá, contó, y señaló que en el reciente sismo dos muros se recargaron, pero no hay grietas.

En la unidad habitacional no hay mesa directiva ni cuota de mantenimiento y cada dueño es libre de dar el uso que quiera a su vivienda. El servicio de luz está dividido y hay quienes tienen conflictos porque no todos cooperan para el pago, apuntó.

Detrás de una antigua fachada, lo único que se conserva de la vecindad ubicada en Leona Vicario 68, se erige otro conjunto habitacional de 24 viviendas. Es de las más conservadas de la zona, incluso con área jardinada.

Cada vez que tiembla no nos preocupa que se caigan nuestras casas, porque ni una grieta se ha hecho, sino que se venga encima un edificio de nueve pisos que se construyó al lado, expresó la profesora Rosa María Islas, quien señaló que con 60 pesos al mes han resuelto los trabajos de mantenimiento.

Pablo Gutiérrez, vecino del Centro Histórico, detalló que la mayoría de las unidades habitacionales que se construyeron después de 1985 albergan de 20 a 100 viviendas, de no más de 50 metros cuadrados, donde la mayoría de los dueños originales han emigrado y otros aún no terminan de pagarlas.

                                                         
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