*El Centro Nacional para la Salud de la Infancia y la Adolescencia (Censia) carece de mecanismos para…
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El Centro Nacional para la Salud de la Infancia y la Adolescencia (Censia) carece de mecanismos para verificar el destino de las vacunas que adquiere destinadas a prevenir enfermedades. Se desconoce la cantidad de biológicos que se administran y a quiénes, advirtió la Auditoría Superior de la Federación (ASF).
En la revisión de la cuenta pública de 2014 y luego en 2016, el organismo fiscalizador señaló que el Censia, organismo desconcentrado de la Secretaría de Salud (Ssa), debería contar con un registro nominal de vacunación, a fin de avanzar en la eliminación de enfermedades y evitar el riesgo de un rebrote de las ya controladas.
Para empezar a corregir las deficiencias referidas, hace dos meses se puso en marcha un proyecto en fase piloto para el uso de la cartilla electrónica de vacunación. A la fecha ya se tienen los datos de 200 mil recién nacidos y Censia prevé que en febrero de 2018 contendrá la información de dos millones de nacimientos en este periodo, lo cual significa que se incluirá a los derechohabientes de la seguridad social y a los afiliados al Seguro Popular.
Según la información del centro, participan 14 estados de la República y dado que se trata de una base de datos electrónica, es posible tener información en tiempo real de los niños que reciben alguna vacuna.
El proyecto se realiza con la colaboración de la fundación Carlos Slim e incluye la distribución de tabletas electrónicas para recopilar la información.
El director de Censia, Juan Luis Gerardo Durán Arenas, destacó la importancia de este trabajo para garantizar que se mantendrá la eliminación de enfermedades como sarampión y poliomielitis. De ambos padecimientos todavía se registran brotes en distintos lugares.
Mencionó el caso de Rumania, donde se han reportado 8 mil casos de sarampión y en Italia van 3 mil 500 afectados. Debido a que este padecimiento ya no existe en México, es probable que muchos no sepan que el sarampión provoca la aparición de ronchas en la piel y lo más grave, el riesgo de que el niño pierda el sentido del oído de manera permanente.
Sobre el sarampión, eliminado del territorio nacional a principios de los años 90 del siglo pasado, pero del que todavía hay casos en Afganistán, Pakistán y algunos países de Africa, persiste el riesgo de que éste y otros males resurjan en el país, dijo.
La ASF también señaló que el Consejo Nacional de Vacunación, órgano rector en esta materia, determinó realizar cursos de capacitación al personal de salud, pero no se hicieron las previsiones necesarias sobre el número de personas que participarían a escalas nacional, estatal y de las jurisdicciones.
El organismo advierte que no fue posible valorar los resultados sobre la protección específica que se logró con las vacunas. Tampoco se contó con la certeza de una cobertura igual o mayor a 95 por ciento con cada biológico y de 90 por ciento con esquemas completos.
Llamó la atención sobre la carencia de datos para cuantificar a la población atendida en las Semanas Nacionales de Salud y el programa permanente de vacunación. El Censia tampoco acreditó la operación de la estrategia de vacunación en grupos vulnerables, por lo que no se pudo constatar la disminución de la brecha de equidad en el acceso y disponibilidad de las vacunas en las comunidades en situación de vulnerabilidad
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