*El optimismo que generó el resultado electoral del primero de julio se oscureció muy rápido…
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El optimismo que generó el resultado electoral del primero de julio se oscureció muy rápido porque volvieron a tomar fuerza los temas sobre la inflación, la incertidumbre por el desenlace del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), la volatilidad del tipo de cambio y la falta de claridad sobre cómo instrumentará el próximo gobierno los programas que se prometieron en campaña, advirtió el Centro de Estudios Económicos del Sector Privado (Ceesp).
Todo ello propició mayor cautela y tanto el Banco de México (BdeM) como especialistas de los grupos financieros del sector privado recortaron sus pronósticos de crecimiento de la economía nacional para 2018, pero también para los dos primeros años del gobierno que encabezará Andrés Manuel López Obrador.
El hecho es que al menos hasta 2020 las expectativas no anticipan un mejor desempeño de la economía en su conjunto, sin considerar el impacto que pueda generar el acuerdo final del TLCAN y las políticas económicas del nuevo gobierno.
La inflación se calcula en 4.41 por ciento al final de 2018, la estimación más elevada hecha hasta ahora; en tanto, la confianza del consumidor cayó 0.2 por ciento en agosto contra el crecimiento de 14.4 por ciento que reportó en julio después de la euforia generada por la elección presidencial y la economía mantiene un comportamiento inercial, detalló el organismo.
Parecía poco probable, indicó, que la actividad económica cayera durante el segundo trimestre de 2018, pero así ocurrió y la opinión sobre su comportamiento futuro se ha ido moderando. Los especialistas del sector privado previeron que el producto interno bruto (PIB) del país sólo crecerá 2.14 por ciento en 2018, lo que implicó su segundo ajuste a la baja de manera consecutiva y el tercero para 2019, pues previeron que ese año únicamente aumentará 2.16 por ciento.
La estimación promedio de crecimiento para los próximos 10 años es de 2.5 por ciento, lo que parece anticipar que la economía mantendrá un avance inercial e insuficiente para satisfacer las necesidades de la población, sostuvo el Ceesp.
Ese comportamiento inercial también resentirá el cambio de gobierno y las cifras indican que durante el primer año de cada sexenio se reduce la tasa de crecimiento del PIB, recordó.
En cuanto a la inflación, atribuyó su repunte al constante incremento en los precios de la gasolina, particularmente en la de bajo octanaje o Magna. Consideró que aunque retomará una tendencia a la baja, los pronósticos la ubican en 3.7 por ciento, muy lejos del objetivo de 3 por ciento del Banco de México, lo que parece indicar que se mantendrán algunas presiones sobre los precios y la inflación promedio para los próximos cinco a ocho años se estima en 5.67 por ciento.