El encargado de despacho de la dirección de Seguridad Pública y Vialidad de Bahía de Banderas, Nayarit, desde que renunció el capitán Sergio Dávila, ya hace varios meses, trae de cabeza al cuerpo policiaco. Según reportan desde el interior de esta corporación los directivos se la pasan a todo dar utilizando patrullas para asuntos personales y quien se encarga de ellos es un patán
Empieza a haber inconformidad en el cuerpo policiaco de Bahía de Banderas, Nayarit derivado de la falta de atención por parte del alcalde, Jaime Cuevas Tello y el Cabildo del X Ayuntamiento que desde hace varios meses no han nombrado al director de esta dependencia municipal que desde que renuncio el capitán Sergio Dávila, se nombró un encargado de despacho, pero este se dedica a pasear en su patrulla con una agente de tránsito y cuando se le llama vía celular este no contesta.
El responsable del área administrativa de nombre Gustavo, se jacta de ser compadre del alcalde, Jaime Cuevas, motivo por el cual se da el lujo de no ir a trabajar y cuando va llega tarde y a las dos de la tarde se va acompañado por una mujer policía y ya no se le vuelve a ver. Gustavo porta una patrulla llena de luces preventivas sin logos y sin placas sintiéndose el amo y señor del municipio porque se siente respaldado por el presidente municipal, bueno no se siente, esta respaldado porque para nada que se llama la atención hace lo quiere menos las actividades que tengan que ver con su encargo.
Pero lo peor es que Gustavo dejó a cargo del personal operativo a un tal Fermín Cazares, que se ha ganado el desprecio de la mayoría de los policías porque se comporta como un patán, a todos los trata mal así que el servicio a demeritado aún más. Como se sabe el servicio de auxilio no se atiende por más que se les llama para atender alguna contingencia o algún robo estos no llegan y cuando lo hacen ya paso más de una hora.
Hay pues ya visos de inconformidad en el personal operativo y administrativo porque esta dirección está en manos de gente improvisada y por consiguiente quien paga los platos rotos es la comunidad.