El pasado jueves Volaris identificó y rescató a una menor víctima de trata en un vuelo de CDMX a Monterrey.
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El paraíso para algunos es el infierno para muchas niñas, niños y adolescentes que sufren la explotación, un delito que tras la pandemia aumentó más del 118 por ciento en México, de acuerdo con A21 Campaign, una organización no gubernamental que lucha contra la explotación y trata sexuales.
La explotación sexual de niños y adolescentes en destinos turísticos es una de las formas más lucrativas de los delitos. De acuerdo con la Organización Internacional del Trabajo (OIT), la explotación sexual genera 173 mil millones de dólares y suele ser más rentable: mientras que el trabajo forzado genera 3 mil 687 dólares por víctima al año, la explotación sexual genera más de 27 mil dólares por infante o adolescente explotado.
“Cancún es un destino muy común en donde sucede la trata”, asegura Jane García, presidenta de UNITUR en el marco del Segundo Foro Internacional de Prevención de la explotación sexual comercial de niñas, niños y adolescentes en línea en contextos turísticos.
Tan sólo el pasado jueves, Volaris identificó a un adolescente que era víctima de trata y que pretendía ser trasladado desde la Ciudad de México a Monterrey, lo que activó el protocolo aplicado por las aerolíneas para este tipo de casos, tras encontrar inconsistencias. En el último año y medio, Volaris rescató a cinco menores en tres distintas activaciones del protocolo para combatir la trata.