El mandatario tiene la intención de acabar con la protección legal con la que cuentan las empresas tecnológicas para poder restringir o eliminar contenido de los usuarios sin ser demandadas.
elfinanciero.com.mx
El mandatario estadounidense, Donald Trump, ha estado furioso contra Twitter desde que la plataforma de redes sociales, que fue una herramienta que le permitió llegar a la presidencia, puso etiquetas de verificación de datos en un par de sus tuits.
Ahora, el mandatario está listo para tomar medidas este jueves que podrían provocar una serie de demandas contra Twitter, Facebook y otros gigantes de la tecnología al hacer que el gobierno limite las “protecciones de responsabilidad” que gozan dichas plataformas para las publicaciones de terceros, según el borrador de una orden ejecutiva obtenido por Bloomberg.
Dichas protecciones contra las demandas se aplican cuando las referidas compañías actúan “de buena fe” al eliminar o limitar la visibilidad de tuits, videos y otras publicaciones en redes sociales que consideren inapropiadas.
Es decir, las citadas firmas tecnológicas tienen una protección legal para eliminar ese tipo de contenido sin que puedan ser demandadas.
No obstante, el proyecto de orden ejecutiva empujaría a la Comisión Federal de Comunicaciones de Estados Unidos a emitir reglas que aclaren esa cuestión, lo que potencialmente permitiría a los usuarios, cuyo contenido fue eliminado o restringido, demandar a las empresas si las razones bajo las que tomaron esas acciones fueron inconsistentes con los términos de servicio, no proporcionaron suficiente aviso o no cumplieron con otros criterios sugeridos.
La Casa Blanca declinó hacer comentarios la madrugada de este jueves respecto al citado borrador.
El proyecto de orden también convocaría, a través del Departamento de Justicia, a un grupo de trabajo de fiscales generales estatales para investigar prácticas engañosas y revisar el gasto de publicidad ejecutiva en las citadas plataformas electrónicas.
La medida podría desencadenar una batalla legal entre Washington y Silicon Valley.
“Las grandes compañías de tecnología están haciendo todo lo que está en su considerable poder para censurar antes de las elecciones del 2020″, dijo el presidente el miércoles por la noche, en Twitter. “Si eso sucede, ya no tendremos nuestra libertad. ¡Nunca dejaré que suceda! Se esforzaron mucho en 2016 y perdieron. Ahora se están volviendo locos. ¡¡¡Manténganse al tanto!!!”
La noticia de la orden ejecutiva llega un día después de que un par de tuits de Trump, en los que se hacen afirmaciones sin fundamento sobre un posible fraude en la votación por correo en Estados Unidos, fueron etiquetados con enlaces que llevan a los lectores a noticias en donde se verifica que esa información es falsa.
Como el propio Trump ha observado, Twitter le da el poder de esquivar a los medios y hablarle directamente al público estadounidense.
También le permite al presidente y a su vasta comunidad de seguidores difundir instantáneamente un flujo constante de mensajes y ataques pro-Trump contra sus rivales, incluidas exageraciones y falsedades directas que ni siquiera los enlaces de verificación de hechos de Twitter pueden afectar.
El presidente de EU no solo no tiene autoridad legal para cerrar el servicio, pese a que ya amenazó con hacerlo el miércoles por la mañana, sino que además incurrir en esa acción significaría silenciar su megáfono más ruidoso, así como lo que su campaña llama como “guerreros del teclado”: es decir, simpatizantes que amplifican su voz y le proporcionan memes y todo tipo de contenido gratuito para transmitir a sus 80 millones de seguidores.
Twitter también sirve como un valioso ‘saco de boxeo’, que utiliza para generar indignación y simpatía entre sus seguidores.
La plataforma de redes sociales se ha vuelto aún más importante para Trump, ya que la pandemia de coronavirus le impide celebrar actos masivos públicos, y busca, a su vez, una salida gratuita para atacar a su probable retador demócrata, Joe Biden.
“Tendrá que seguir usando esta plataforma”, dijo Amy Becker, profesora de la Universidad Loyola de Maryland, que se centra en la comunicación política.
“Van a ser sus tuits al azar, va a ser él atacando a quienquiera que lo critique, habrá muchos ataques contra Biden, contra los demócratas”.
Protecciones de responsabilidad
La orden que Trump planea firmar este jueves es su último intento de ejercer control sobre la formidable industria de la tecnología. En 2018, consideró emitir una orden para instruir a las agencias federales antimonopolio que revisaran las prácticas de gigantes tecnológicos como Google y Facebook. La posible medida fue criticada por politizar la aplicación antimonopolio y nunca se firmó.
Los ataques de Trump contra Twitter y otras compañías de redes sociales son a menudo hiperbólicos y rara vez conducen a acciones concretas inmediatas.
El gobierno nunca podría silenciar a una empresa como esa sin violar los derechos de la Primera Enmienda a la libertad de expresión. Sin embargo, sus amenazas son un recordatorio de otras palancas importantes que el presidente y el resto del gobierno federal tienen a su disposición.
El senador Josh Hawley, un republicano de Missouri, escribió el miércoles al presidente ejecutivo de Twitter, Jack Dorsey, para exigir una explicación de los enlaces de verificación de hechos agregados a los tuits de Trump. Acusó a la compañía de elegir “editorializar” el contenido.
Hawley repitió una amenaza planteada por otros legisladores a lo largo de los años: revocar las protecciones que protegen a Twitter y otras plataformas de la responsabilidad legal por el contenido que publican sus usuarios.
“Los políticos pueden usar los poderes del gobierno para dificultarles la vida a las empresas privadas y hay una larga trayectoria de políticos de ambos partidos que han hecho esto en los últimos dos años a las empresas de redes sociales”, dijo Jesse Blumenthal, un conservador que dirige la política tecnológica en Stand Together, red política afiliada al multimillonario libertario Charles Koch.
En los últimos días, Trump había tuiteado ataques contra el presentador de noticias por cable y el ex representante republicano Joe Scarborough al impulsar una teoría de conspiración infundada de que estuvo involucrado en la muerte hace 19 años de una mujer que trabajaba en su oficina de distrito en Florida. Su viudo envió una carta a Twitter pidiéndole a la empresa que cotiza en bolsa que elimine los tuits de Trump, la cual decidió dejarlos en línea.
Scarborough es un crítico frecuente del presidente.
80 millones de seguidores, 52 mil tuits
La disputa con Twitter se produce cuando Trump ha estado bajo asedio por su manejo de la pandemia de coronavirus, que ha infectado a más de 1.6 millones de estadounidenses y ha matado a más de 100 mil.
Está detrás de Joe Biden en las encuestas de elecciones generales por un promedio de 5.3 puntos porcentuales, según RealClearPolitics.
Nunca ha habido un político tan prolífico como Trump en las redes sociales, que a menudo usa para atacar a los opositores, difundir teorías de conspiración, despedir empleados y anunciar cambios en las políticas. Ha enviado más de 52 mil tuits y tiene más de 80 millones de seguidores.
Trump ha reconocido el poder que ejerce cuando tuitea y el impacto que tuvo la plataforma en las elecciones de 2016. En un evento de medios sociales en julio de 2019 en la Casa Blanca, se jactó de haber usado Twitter en marzo para anunciar que Estados Unidos reconocería la soberanía de Israel sobre los Altos del Golán, uno de los temas de política exterior más polémicos del mundo.
“Boom”, afirmó Trump sobre ese tuit del 19 de marzo de 2019. “Lo presiono y, en dos segundos, tenemos noticias de última hora”.
En ese mismo evento, reconoció que sin la plataforma podría no haber sido electo.
‘Guerreros del teclado’
Trump tiene una relación simbiótica con sus seguidores en Twitter. A menudo crean memes que se vuelven virales con sus retuits.
A principios de este mes, retuiteó un meme de sí mismo personificado como el presidente de la película de ciencia ficción de 1996 “Día de la Independencia”, quien da un discurso antes de lanzar la ofensiva final contra una invasión extraterrestre. Ese meme ha sido visto 18 millones de veces en Twitter.
Promovió repetidamente a una simpatizante usuaria de Twitter que se conoce con el nombre de @sexcounseling y retuitea sus mensajes. A principios de este mes, insistió con el hashtag #obamagate, alegando que la administración del presidente Barack Obama intentó socavar su campaña electoral en 2016 de manera inapropiada. Sus seguidores tuitearon una serie de memes contra Obama y Biden.
“Gracias a todos mis grandes Guerreros del Teclado. Son los mejores y mucho más brillantes que cualquiera en Madison Avenue (avenida neoyorquina donde están ubicadas las agencias de publicidad). ¡No hay nadie como ustedes!”, manifestó Trump en un tuit del 14 de mayo.
Tim Murtaugh, portavoz de la campaña de Trump, defendió el uso de Twitter por parte del presidente.
“La mayoría de los estadounidenses tienen una comprensión bastante clara de la forma en que el presidente Trump usa Twitter”, explicó Murtaugh el miércoles en Fox News.
“Twitter es una forma para que el presidente se conecte con sus votantes. Los partidarios del presidente comentan todo el tiempo que les gusta la forma en la que el presidente se expresa en Twitter porque dicen ‘aquí hay un tipo que finalmente dice las cosas en voz alta lo que estoy pensando'”.
Volviendo a la campaña de 2016, Trump y su campaña han cultivado una relación con sus seguidores en línea. Esa parte de su base sigue comprometida, haciendo eco y difundiendo sus mensajes, comentó Eric Wilson, un estratega digital republicano.
“El respaldo más efectivo para un candidato es de alguien en quien ya confías, con el que ya tienes una relación”, aseveró Wilson.