Ahora que se prepara para regresar al Despacho Oval, el magnate ha vuelto a la carga, y sus provocaciones están atrayendo mayor atención… y desaprobación.
proceso.com.mx
NUEVA YORK (AP) — La reciente cena que sostuvo el virtual presidente electo Donald Trump con el primer ministro canadiense Justin Trudeau y su visita a París para la reapertura de la Catedral de Notre Dame no sólo fueron ejercicios de política y diplomacia.
También fueron oportunidades inmejorables para los troleos de Trump.
A lo largo de su primer mandato y durante toda su campaña presidencial más reciente, Trump ha hecho innumerables declaraciones provocativas, antagónicas y burlonas. Apodos despectivos para sus rivales políticos, imitaciones de otras figuras políticas y una gran cantidad de memes que compartió en las redes sociales.
Ahora que se prepara para regresar al Despacho Oval, Trump ha vuelto a la carga, y sus provocaciones están atrayendo mayor atención… y desaprobación.
El domingo, Trump convirtió una foto en la que aparece cerca de una sonriente Jill Biden durante la ceremonia en Notre Dame en una oportunidad para promover su nueva línea de perfumes con el eslogan: “¡Una fragancia que ni tus enemigos pueden resistir!”.
La oficina de la primera dama se negó a comentar al respecto.
Cuando Trudeau viajó a toda prisa el mes pasado a Florida para reunirse con Trump y abordar las amenazas del republicano de imponer un arancel del 25% sobre todos los productos canadienses que ingresen a Estados Unidos, el virtual presidente electo planteó la idea de que Canadá se convirtiera en el estado número 51 de Estados Unidos.
Los canadienses dejaron pasar el comentario como una broma, pero Trump ha insistido en el tema, incluida una publicación el martes en su plataforma de redes sociales en la que se refiere al primer ministro como “gobernador Justin Trudeau del gran estado de Canadá”.
Después de varias décadas en la industria del entretenimiento y el mundo de las celebridades, Trump ha desarrollado una reputación como un provocador que busca atraer la atención y, en su más reciente versión como político, por movilizar a sus seguidores. Siempre ha disfrutado de burlarse de sus oponentes, tanto para menospreciarlos y minimizarlos como para deleitar a los seguidores que comparten en línea sus irreverentes comentarios y publicaciones.
Para beneplácito de sus seguidores, Trump lanzó su primera burla pública a Canadá hace una semana, cuando publicó en su red social una imagen generada por IA en que aparecía de pie en la cima de una montaña con una bandera canadiense junto a él y la leyenda “¡Oh Canadá!”.
Después de su más reciente publicación, el ministro de Inmigración de Canadá, Marc Miller, dijo el martes: “Parece que estamos en un episodio de South Park”.
Trudeau dijo a principios de esta semana que, cuando se trata de Trump, “su enfoque a menudo será el de desafiar a las personas, desestabilizar a un socio negociador, ofrecer incertidumbre e incluso a veces un poco de caos en los pasillos bien establecidos de las democracias y las instituciones y una de las cosas más importantes que debemos hacer es no entrar en pánico”.
Ni siquiera la cena de Acción de Gracias está libre de provocaciones para los adversarios de Trump.
El Día de Acción de Gracias Trump publicó un video de la película “National Lampoon’s Christmas Vacation” con los rostros superpuestos del presidente Joe Biden y otros demócratas en una parodia de la escena en la que se corta el pavo.
El video muestra a Trump quien aparece de repente desde el interior del pavo entre un torbellino de chispas moradas y baila rígidamente al ritmo de una de sus canciones favoritas, “Y.M.C.A.” de Village People.
Durante las más recientes primarias republicanas, Trump se burló del gobernador de Florida, Ron DeSantis, negándose a llamar a su rival por su nombre y en su lugar refiriéndose a él como “Ron DeSanturrón”. Para dejar las cosas en claro, publicó posteriormente en su plataforma de redes sociales Truth Social: “Nunca le diré Ron ‘Albondigón’ a Ron DeSanturrón, como insisten en las noticias falsas”.
Mientras hacía campaña contra Biden, Trump lo provocó tanto con publicaciones en línea como con comentarios e imitaciones en sus mítines, ridiculizando al presidente por su intelecto, su forma de caminar, su nivel para jugar al golf e incluso su cuerpo en traje de baño.
Después de que la vicepresidenta Kamala Harris tomó el lugar de Biden como la nominada demócrata, Trump insinuó en varias ocasiones que ella nunca trabajó en un McDonald’s mientras estudiaba en la universidad. Fiel a su estilo, Trump convirtió su burla en un espectáculo al aparecer en un McDonald’s de Pensilvania en octubre, donde estuvo a cargo de la estación de papas fritas y sostuvo una conferencia de prensa improvisada desde el servicio al automóvil del restaurante.
El equipo de Trump piensa que la gente debería tener sentido del humor.
“El presidente Trump es un maestro del mensaje y siempre es alguien con el que la persona promedio se puede identificar, mientras que muchos miembros de la prensa se toman demasiado en serio y no tienen concepto de ninguna otra cosa más que de sufrir del Síndrome de Trastorno por Trump”, dijo Steven Cheung, director de comunicaciones de Trump. “El presidente Trump hará que Estados Unidos sea Grande Otra Vez y estamos recuperando una sensación de optimismo después de cuatro años tumultuosos”.
Aunque las campañas de Biden y Harris crearon y compartieron memes y lanzaron otras estrategias para responder a las provocaciones de Trump, los canadienses no han mordido el anzuelo hasta ahora.
“No creo que necesariamente debemos buscar en Truth social para hacer política pública”, dijo Miller.
Gerald Butts, un exasesor de Trudeau, dijo que, durante su primer mandato Trump le comentó varias veces a Trudeau sobre convertir a Canadá en el estado 51.
“Oh Dios”, dijo Butts el martes. “Al menos media docena de veces”.
“Así es él. Lo que le gusta es tratar de desestabilizar a todos y hacer que la gente se sienta ansiosa”, dijo Butts. “Está tratando de poner a la gente a la defensiva y ansiosa y, por lo tanto, dispuesta a hacer cosas que no considerarían si estuvieran tranquilos. No sé por qué alguien se sorprende”.