*La formación militar que reciben los marinos que participan en labores de seguridad pública no es pretexto para…
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La formación militar que reciben los marinos que participan en labores de seguridad pública no es pretexto para que violen garantías en el cumplimiento de sus responsabilidades, asevera el vicealmirante Hilario Durán Tiburcio, jefe de la Unidad de Promoción y Protección a los Derechos Humanos de la Secretaría de Marina (Semar), .
Afirma que gracias a los cursos y acciones implementados por la dependencia para difundir el respeto a las garantías, el número de quejas –ante la Comisión Nacional de los Derechos Humanos– en contra de los elementos navales que participan en labores de seguridad pública, se ha reducido de 393 en 2013 a 258 en 2016, y en lo que va de este año suman 170, al igual que las quejas por tortura y detención arbitraria, que pasaron de 128 y 260 en 2013, a 62 y 155 en 2016, respectivamente.
En entrevista con La Jornada, Durán Tiburcio destaca la política de equidad de género en la Semar para todo el personal –incluidos homosexuales–, como el registro de parejas del mismo sexo para cuestiones de seguridad social. ‘‘La política es de igualdad, la idea es que todos los que estamos en la Armada seamos tratados igual’’.
‘‘Se reconocen uniones del mismo sexo; la política es de igualdad’’
Aunque desconoce las cifras, confirma que al menos sabe de la existencia de un caso registrado y que se trata de una pareja de mujeres. Menciona que hasta la fecha se han presentado cuatro quejas por abuso sexual y 18 por acoso laboral, los primeros en curso (tres ante el órgano de control interno y uno ante la fiscalía militar) y los últimos ya resueltos por la vía de la conciliación.
Añade que este tipo de conductas se ha presentado únicamente en áreas administrativas, pero no hay un solo caso registrado en acciones operativas.
–¿Qué tan importante es para Marina atender estos asuntos?
–Se elimina la violencia sexual, la violencia contra la mujer, quienes principalmente son las que han sufrido este tipo de casos (cuatro), y que se erradique esta conducta en todos los segmentos de la Marina.
En cuanto al acoso laboral, 9 son denuncias de mujeres contra hombres, 5 de hombres contra hombres, un caso de hombre contra mujer, dos de mujeres contra mujeres y otro de hombre contra hombre.
La disciplina debe de ser razonada, si ésta es para todos no tiene por qué desarrollarse un clima laboral adverso; el problema existe cuando hay diferencias en el trato o en el manejo del ambiente laboral; las diferencias hacen que el clima se torne violento o que la persona se sienta violentada, indica.
–¿Cuáles son las conductas que han detectado los casos de acoso sexual?
–Palabras, tocamientos, insinuaciones e invitaciones. En estos casos no hay conciliación.
‘‘Estamos haciendo campañas fuertes de difusión para que la mujer se empodere, que defienda sus derechos y que alce la mano cuando sea agredida. El 25 de cada mes celebramos el Día Naranja, que es una campaña para que no haya violencia ni contra las mujeres ni contra las niñas y todo el personal viste una playera o prenda naranja.
‘‘Además, en todo el sistema educativo naval se imparte la materia de derechos humanos, y a partir de este año voy a apersonarme en los planteles navales para explicar a los cadetes qué hace la unidad y para que sepan que pueden acercarse a ella cuando sufran agresiones ya sea de género o violación a sus derechos humanos.’’
–¿Qué hay de la nueva política para los casos de ascensos de personal que presenta algún tipo de invalidez temporal o permanente derivados de actos de servicio?
–A todo aquel que haya sufrido una lesión en actos de servicio (sea permanente o que esté en periodo de rehabilitación) se le pone en igualdad de condiciones para que pueda concursar y, si pasa su examen, ser promovido. Ya tenemos algunos casos de este tipo, creo que al final alienta la moral del personal operativo. Es una política hacer este tipo de acciones para darle el máximo beneficio, bajo el principio pro persona a todos los elementos de la Marina.
En algunos casos, el almirante secretario (Vidal Francisco Soberón Sanz) ha ordenado que cuando el personal ya no pueda ser rehabilitado y a ser dado de baja, se le dé un ascenso por actos del servicio y otro por promoción, si es que se encuentran en la misma.
–¿Quejas de civiles?
–Incluyendo los cuatro años anteriores al año pasado, habíamos tenido 350 quejas por año; en 2016 llegamos a 258; en 2017 esperamos también quedar abajo de las 300, pero es un esfuerzo que no es sólo de la unidad, sino también el personal operativo que tiene que estar consciente de hacer las cosas bien, porque al final nosotros lo sabemos; hay quejas infundadas que lo que tratan es de demeritar el actuar de la Secretaría de Marina.
–¿Las quejas por tortura ocupan el primer lugar?
–No. Las violaciones graves a los derechos humanos son las menos, pero con una que conozcamos es suficiente para hacer todo el esfuerzo para no se repitan.
–¿Qué le diría a quienes dicen que la formación militar –no policiaca– de los marinos es un factor que se traduce en la violación a los derechos humanos?
–No, porque en el combate, en una guerra, también está presente el derecho internacional humanitario, que obliga a un respeto a los derechos humanos. No es parte de la mística del marino violentar esas garantías; yo creo que es una parte individual, que una persona lo hace, no por la formación que tenemos.
‘‘Además, tenemos los valores que se nos han inculcado: honor, deber, lealtad, patriotismo, los cuales nos llevan a respetar los derechos humanos. Yo creo que aquel que hace cumplir la ley, lo primero que tiene que hacer es cumplirla.’’
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