Crudo relato de un médico: la muerte por Covid-19, en soledad sin un adiós ni un abrazo

Lo más duro para muchos médicos estos días es no poder abrazar a un paciente que está muriendo solo o acariciarle la cara para consolarlo, pero también tomar decisiones rápidas con recursos escasos o comunicar a un familiar por teléfono la muerte

 

heraldodemexico.com.mx

 

Lo más duro para muchos médicos españoles estos días, en plena pandemia del coronavirus, es no poder abrazar a un paciente que está muriendo solo o acariciarle la cara para consolarlo, pero también tomar decisiones rápidas con recursos escasos o comunicar a un familiar por teléfono la muerte de un ser querido.

Es el testimonio de Ángel, anestesista del Hospital Infanta Sofía de Madrid, la región española más afectada. El coronavirus lo ha situado en primera línea de combate, junto a sus compañeros de urgencias e intensivistas.

Acaba de salir de una guardia de esas de miles de horas, en la que apenas pudo dormir. Cuando llega a casa e intenta relajarse, su cabeza da vueltas a lo que ha pasado la noche anterior. Descansa, llama a sus padres y a las personas cercanas, pero el trabajo sigue ahí.

No tiene hijos y su pareja también es médica. Es muy difícil desconectar, tenemos grupos de wasap entre compañeros donde se cuelga información que se está renovando continuamente, explica.

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