¿Sirve comer bolillo para el susto? Esto dice la ciencia

El consejo tradicional para pasar de una manera más tranquila un momento de tensión podría tener bases científicas

heraldodemexico.com.mx

No importa qué sea lo que te espante, por lo regular uno de los primeros consejos que damos los mexicanos es comer un pedacito de bolillo o pan para “pasar el susto”. Y aunque tiene mucho de tradición, parece ser que también tiene su parte científica.

De acuerdo con un artículo publicado en la Gaceta de la Universidad Nacional Autónoma de México, consumir un pedazo de pan luego de pasar por un momento de estrés o alto impacto, podría tener efectos positivos al neutralizar la acidez estomacal, dando una sensación de tranquilidad.

¿Qué son los sustos?

De acuerdo con especialistas del Hospital Psiquiátrico de La Habana, el susto es causado por una fuerte impresión, a la cual existe una respuesta tanto de estrés a nivel psicológico como de aumento del ritmo cardíaco y de la respiración, a nivel físico.

Esto último provocaría el disparo de dos hormonas, adrenalina y noradrenalina, las cuales hacen que el cuerpo entre en estado de alerta ante una amenaza, tangible o no, por lo que se altera el equilibrio del organismo.

¿Sirve comer un bolillo para el susto?

La respuesta corta es sí. Esto se debe a que, cuando el cuerpo se encuentra en estado de alerta, secreta numerosos compuestos, muchos de ellos ácidos, los cuales alteran el equilibrio químico del estómago.

“El consejo de las abuelas de comer un bolillo para enfrentar el susto tiene fundamentos científicos, ya que ayuda a reducir la acidez estomacal causada por el estrés agudo. El bolillo, al ser rico en carbohidratos, inhibe la secreción de ácidos estomacales y ayuda a distraernos al masticar, lo que aminora nuestros miedos”, detalla la publicación universitaria.

Aunque es el remedio tradicional, no solo el bolillo ayuda a pasar el susto. Las frutas y otros alimentos ayudan a que nuestro cuerpo se relaje y que la acidez estomacal se reduzca de forma significativa.

“El pan funciona, pero también la fruta, la fibra o algunos lácteos como yogur. El asunto es que también la flora bacteriana influye. No es el estrés, sino la suma de todos los factores”, declaró a la publicación el profesor de la Facultad de Psicología Eduardo Calixto González.